Somos hijos de Dios que creemos en la Biblia y en Jesús como Salvador, estamos constituidos como una iglesia cristiana que tiene sus cimientos en Jesucristo como único mediador, en el Padre como único Creador y en el Espíritu Santo como aquel que convence de pecado y nos dirige a engrandecer el reino de los cielos aquí en la tierra mientras nos llega el momento de ser levantados al cielo.